El presente artículo desarrolla una reflexión en torno al rol de la formación humanista en el contexto del mundo universitario y sus desafíos hacia el futuro, desde los problemas del mundo actual.
El texto aborda, en primer lugar, el recorrido y el significado histórico de enseñar humanidades en el mundo occidental, desde los orígenes en el mundo griego hasta la entrada a la modernidad.
En segundo lugar, el texto hace una descripción de cuáles son los desafíos que vivimos en el mundo moderno: el centro de la producción de significados y sentidos para la colectividad deja de estar monopolizado por la religión cristiano-católica en el mundo occidental, emergen visiones del mundo diferenciadas, desacralizadas y pluralistas en donde ya no hay un centro, un pensamiento único, haciendo su aparición una racionalidad fragmentada, un relativismo subjetivista, un pluralismo cultural que plantea una ética intercultural, apareciendo una relativización de la moral y se esbozan nuevos caminos de reflexión.
Desde este mundo, en el que nos toca situarnos, se hace necesario repensar en torno a nuevas maneras que ayuden a armar construcciones desde donde podamos ver el mundo y situarnos en la relación con nosotros mismos, con los otros, con lo OTRO.
En tercer lugar, el texto reflexiona acerca de si es posible que las humanidades se constituyan como una hermenéutica del mundo, en donde se pregunta cuál es el rol de una formación humanística en los tiempos modernos, desde un perspectiva epistemológica y como posibilidad de que las humanidades contribuyan o no a la formación de liderazgo en un mundo que se halla en proceso de cambio y transformaciones veloces, donde algunas pueden llegar a ser violentas.
En cuarto lugar, se hace una reflexión de la propuesta de formación pedagógica ignaciana y se finaliza con una breve reflexión sobre qué puede aportar la formación humanística “al estilo ignaciano” en los próximos 50 años: hacer dialogar el mundo de las ciencias con el de las letras; no ser sólo universidades profesionalizantes y pensar en un humanismo cristiano posmoderno, el cual sea dador de sentido y oferta válida para los jóvenes en la universidad.
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