Cuando una persona desea comprar un producto, tiende a compararlo con algo. Por ejemplo, si el padre de familia desea comprar un blue jean de aproximadamente S/. 20 para su hijo adolescente, calcula: “¿Cuántos menús de S/. 5 me cuesta este blue jean?”. ¿Tres? ¿Cuatro? ¡¿Cinco?! Cuando una persona es pobre, mira de qué está privado para poder enfrentar el día a día. “¿Le compraré al aguatero uno o dos baldes de agua? ¿Voy o no a la posta que está a 45 minutos a pie para que atiendan a mi hijo y le curen la picadura de araña?”.
Una persona pobre es aquella que sufre de privaciones de diferentes dimensiones y naturalezas. El enfoque de capacidades (capabilities) propuesto por Amartya Sen define la pobreza como la privación de los individuos o condición que limita las capacidades de las personas para alcanzar el nivel de vida que ellas valoran. Por ello, creemos que mirar la pobreza multidimensional es mirar el mundo desde los ojos y la piel de las personas “de a pie”.
Desde sus investigaciones de la Universidad de Oxford, Alkire y Foster plantearon medir el “Índice de Pobreza Multidimensional” para enriquecer las políticas y los programas sociales. Este indicador considera dos propiedades que lo distinguen respecto al método de la pobreza monetaria. En principio, al igual que la línea de pobreza (LP), define un límite o umbral bajo el cual una persona puede estar privada de alguna dimensión. En segunda instancia, especifica en cuántas dimensiones debería estar privada una persona para que pueda ser considerada pobre multidimensional. En nuestro capítulo adoptamos esta metodología y nos atrevemos a ver la senda de la pobreza multidimensional del Perú al 2062.
¿Cuántos pobres multidimensionales existen actualmente en el Perú y sus regiones y cuántos pobres multidimensionales existirán al 2062? ¿Qué acciones de política pública y privada debe seguir el Perú para combatir la casi indomable pobreza multidimensional en los próximos 50 años? Estas son las dos preguntas que este capítulo intenta responder. Por una parte, saber el número personas consideradas pobres multidimensionales nos permitirá contrastar esta pobreza con la monetaria, cuyo énfasis por aliviarla ha sido excesivo en los debates de política social y económica en los últimos años. Consideramos que la pobreza multidimensional debe ser el referente que oriente los esfuerzos de Gobierno, empresa y sociedad civil en el Perú.
Pensamos que mirar al pobre desde sus privaciones, en lugar de sus limitaciones monetarias para cubrir una canasta familiar de un monto ”x” o “z”, es mucho más rico y más pertinente para comprender a las personas que están excluidas del beneficio de la economía de mercado. Por ello, quienes toman y ejecutan decisiones de inversión social encontrarán en el capítulo “La casi indomable pobreza multidimensional” una manera puntual por dónde priorizar los recursos, públicos y privados. Por ejemplo, la definición de las nueve privaciones ayuda a orientar a los gerentes de inversión social en varios términos.
- Primera pauta: mirar el nivel educativo alcanzado por el jefe de hogar ayuda a construir el perfil de la privación más estructural del pobre; poder acceder y usar información para generarse ingresos familiares suficientes para cubrir su carga familiar.
- Segunda pauta: la alarma que implica que un niño o niña menor de 18 años no esté estudiando ayuda a focalizar programas de rescate educativo. Si un niño o niña no acaba bien sus estudios, su productividad y empleabilidad en el largo plazo será siempre del mínimo nivel salarial.
- Tercera pauta: al abordar la salud debemos comenzar por dos temas esenciales: el déficit calórico y las dificultades distanciales y/o económicas para acceder oportunamente a los servicios de salud.
Finalmente, las condiciones básicas de infraestructura y mantenimiento de las viviendas apuntan a llamar la atención de cómo los programas públicos y privados pueden contribuir a mejorar sostenidamente la calidad de vida de las personas.
Conocer estas carencias en las todas las regiones del Perú se vuelve más interesante aún. Estas realidades regionales, en términos de privaciones, deben ser también tarea no sólo del sector público (a fin de focalizar sus inversiones), sino también del sector privado para asumir un compromiso con el país y aprovechar el crecimiento económico para generar trabajo decente que permita a las familias salir de la miseria. Asimismo, tener conocimiento de los sectores productivos donde existe una mayor concentración de pobres multidimensionales debe llevarnos a la reflexión de si es todavía posible apostar por aquellos sectores.
Estamos convencidos de que la pobreza multidimensional es crítica como referente para la definición y ejecución de las políticas sociales por los próximos 50 años. La razón es que, al poner los reflectores en las privaciones de las personas, exige muchísimo más a los gerentes de inversión social, pues deben enfrentarse a graves limitantes estructurales. Por ello, pensamos que la pobreza multidimensional es indomable, pero nunca imposible de enfrentar. Países de América Latina, pero sobre todo del Asia, han alcanzado índices de pobreza multidimensional muy bajos. ¿Cómo? Contando con una excelente casta técnica en el Estado y el sector privado capaz de traducir las necesidades apremiantes y urgentes antes de apalear con pan y circo.
—————————————————————————————————————